En la Europa de posguerra pocos eran los que podían permitirse tener un coche. Las motocicletas se convirtieron en el medio de transporte más común, pero no eran apropiadas para viajes largos. En 1951, Renzo Rivolta fundó Iso Motor Italia S.A con la intención de resolver el problema y abrir así un nuevo mercado. Dos años más tarde nació el minúsculo isetta, un medio de transporte barato y eficaz. Desde su presentación en la Feria del Motor de Turín de 1954, este vehículo diseñado por el ingeniero aeronáutico Ermenegildo Preti sorprendió por su aspecto de insecto y por sus dimensiones, extremadamente reducidas. El Isetta mide 2,3 metros de longitud por 1,38 de altura y el acceso al pequeño habitáculo, apto para dos ocupantes, se resuelve por la parte delantera del vehículo. Su techo puede abrirse para permitir la evacuación en caso de accidente frontal. Las ruedas de su parte trasera están separadas por sólo 47,5 centímetros, lo que enfatiza la forma de cuña del vehículo, y unas branquias situadas en la parte posterior permiten la salida de humos. Originalmente, su motor bicilíndrico permitía alcanzar velocidades de hasta 80 Km/h con un consumo de 4 litros de carburante cada 100 km. Estas prestaciones, unidas a su precio asequible, hicieron del Isetta el más popular de los microvehículos de su tiempo y lo convirtieron en el buque insignia de la fábrica ISO, que sin embargo sólo llegó a fabricar 1000 unidades.

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